Tardes de juego libre

Como adultos nos enfrentamos a un mundo laboral, familiar y lleno de persona de diferentes edades, contextos y antecedentes. Sin embargo, se nos educa con un grupo que comparte el año de nacimiento, y los adultos en nuestras vidas usualmente se vuelven más figuras de autoridad que amistades. La interacción multi-edad fue, durante toda la historia de la humanidad hasta hace unos 150 años, la única interacción posible y la más enriquecedora.

En su libro Libre para aprender, Peter Gray cuenta los resultados de su investigación en el colegio Sudbury Valley en Massachusetts, donde los estudiantes son libres para interactuar entre todas las edades, de 4 a 18. Encontró que el 38% de las interacciones entre estudiantes eran multi-edad. A partir de estas interacciones se encontró que:

  • Los estudiantes más grandes cuidaban a los más pequeños e intercedían constantemente para mediar en sus conflictos
  • Los estudiantes más pequeños aprendían cosas que por sí mismos no explorarían, aumentando el nivel de destreza que posiblemente podrían alcanzar
  • Los más grandes al enseñar habilidades o conceptos, lograban un mayor entendimiento
  • Se creaban lazos de amistad que perduraban por fuera del colegio aunque no tuvieran la misma edad
  • Los más pequeños podían proyectar sus intereses y ver posibilidades de aplicabilidad avanzadas desde el inicio del interés
  • Los estudiantes más grandes desarrollaban un sentido paternal o maternal de cuidado desde edades tempranas

En Cuatro Vientos entendemos la importancia del juego libre y de la interacción multi-edad. Por eso, de lunes a jueves en las tardes invitamos a los hermanos mayores, primos y otros familiares a unirse al juego luego de sus otras actividades escolares. Brindamos un espacio donde puedan interactuar de manera natural y libre, desarrollando sus habilidades sociales de la manera más eficaz que ha podido inventar la naturaleza: por medio del juego.

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