Conectar con el niño, entablar una relación cercana, es tal vez la base para poder acompañar un proceso de aprendizaje. Pero esto es válido no sólo para los niños, sino para cualquier ser vivo. La conexión, además, no se reduce únicamente a la relación con adultos o compañeros, sino con todo su entorno y con sí mismo.
Laura Markham PhD desarrolló el concepto de crianza en paz, el cual se basa en tres conceptos fundamentales: regular las propias emociones, conectar con el niño y apoyar más que guiar. «El secreto de una crianza feliz», dice, «es una relación cercana con tu niño». Esta relación no se puede basar en dirigirlo, en decirle qué hacer a cada momento, ya que esto crea más resistencia que cualquier cosa. Es una relación, como cualquier otra, en donde es vital conocerse, pasar tiempo juntos disfrutando actividades de diferentes tipos, creando confianza y cercanía.
Pero además de la crianza, el aprendizaje social se da únicamente teniendo relaciones con otras personas. Suena obvio, pero muchos colegios especialmente en EEUU han dejado de tener recreo y no permiten ninguna conversación entre los niños. Sin esa interacción, no es posible pensar en que estos niños puedan ser adultos sociales, equilibrados y listos para formar parte de una sociedad.
Al conocimiento también llegamos relacionándonos. Como mejor aprendemos es interactuando directamente con lo que nos interesa. Un biólogo que estudia hongos debe interactuar con ellos, un médico no puede graduarse sin hacer residencias. La manera en que comprendemos el mundo es obsevándolo, tocádolo, oliéndolo, probándolo de todas las maneras posibles. Por esto, es necesario poder interactuar de manera directa con lo que queremos aprender para conectar en todos los niveles con eso y poder hacer y responder preguntas reales y significativas.
«Si queremos que los niños cuiden el agua, necesitamos que primero creen una relación con ella»
Teacher Tom
El cuidado del medio ambiente, especialmente en los niños, no se aprende por medio de datos o experimentos controlados. Se logra cuando el niño crea una relación profunda con un entorno natural. Cuando conecta con los árboles, con los bichos y con todos los seres de un espacio al aire libre. Necesita sentirse en casa cuando está en la naturaleza para que la cuide y la proteja.
Es por esto que en todos los sentidos, para aprender necesitamos conectar. Aún cuando miramos adentro, necesitamos conectar con nuestros pensamientos y emociones para aprender de nosotros mismos. Necesitamos pasar tiempo observándonos y conectando para poder crecer como personas.


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